Una nueva tecnología microscópica acercará la posibilidad de que el ser humano cuente con ayuda biónica que permita, por ejemplo, a un amputado, caminar.
Así, un proyecto común de investigación de la Universidad estadounidense de Utah y la galesa de Cardiff trabaja ya para crear implantes cerebrales compuestos de sensores de microagujas que podrán enviar impulsos nerviosos a las prótesis. Los implantes son apenas del tamaño de la cabeza de una cerilla y los científicos creen que éstos podrían ayudar a pacientes amputados a mover sus extremidades artificiales con el poder de su mente. Los sensores están compuestos de aproximadamente cien agujas del grosor de un cabello humano que, cuando se implantan en el cerebro, pueden enviar impulsos nerviosos a la prótesis.
Y es que uno de los desafíos más grandes de la ciencia ha sido poder lograr algún grado de control mental sobre las prótesis de pacientes amputados o discapacitados por lesiones de la espina dorsal. Los equipos de científicos de las citadas universidades han estado llevando a cabo investigaciones en esta área y el de Utah ya logró desarrollar un implante capaz de manipular computadoras y apéndices prostéticos.
Los investigadores están desarrollando agujas fabricadas de carburo de tungsteno, un material extremadamente resistente que conduce electricidad. Las señales eléctricas que las agujas detectan son amplificadas, transmitidas e interpretadas para producir movimientos en las prótesis. Los pacientes que utilizan los implantes deben aprender a generar la actividad mental correcta para poder obtener respuestas del sistema. Y las pruebas hasta ahora han mostrado resultados alentadores.
sábado, 28 de marzo de 2009
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