Llora, suda, sangra y reacciona a más de cien fármacos distintos, pero no es un ser humano, sino un simulador de última generación diseñado para que los profesionales de la sanidad aprendan y se entrenen en nuevas técnicas.
Fabricado por Laerdal, el SimMan 3G, que así se llama, es de estructura metálica y cuenta con un depósito que le permite simular todo tipo de secreciones humanas como las lágrimas, la sangre, el sudor o el vómito.
La máquina tiene respiración espontánea, control de vía aérea, 2.500 variantes de ritmos cardiacos y permite el acceso intraóseo en la tibia y el esternón, la inserción de un tubo de drenaje y el control de la tensión arterial. Además, reconoce un centenar de fármacos y sus dosis mediante radiofrecuencia. Estas prestaciones hacen de este robot un instrumento que posibilita el estudio de complicaciones cardiovasculares, hemorragias, politraumatismos craneales y cervicales, entre muchas otras dolencias.
Una de las principales novedades de este prototipo respecto de otros simuladores anteriores es que es inalámbrico, una condición que permitirá utilizarlo en cualquier escenario y no solo en la sala donde se impartan clases.
El SimMan 3G está dotado también de un ordenador de control y de otro que usan los alumnos en el que aparecen las constantes vitales del paciente y que deben de ser controladas. Una webcam permite al equipo ver las imágenes de toda la intervención y analizar los aciertos y errores que se han cometido.
miércoles, 25 de marzo de 2009
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