Conseguir que nos transformemos en afrodisíacos andantes es el Santo Grial de la industria de la perfumería, aunque el aroma que puede seducir a hombres y mujeres -o a los dos- sigue siendo un misterio.
Hace ya 50 años que se acuñó el término feromona, aunque aún hoy no se sabe a ciencia cierta si hay olores humanos que pueden hacer surgir los instintos subconscientes más primitivos de aquellos que nos rodean.
Si bien se sabe que los insectos y los animales responden automáticamente a las sustancias químicas dejadas por sus congéneres e incluso algunos tienen un órgano especial dedicado a ello, los científicos no han podido hallar un sólo componente que tenga ese fuerte efecto psicológico en los humanos.
"Puede que nunca encontremos una feromona humana. Nuestra libertad para elegir se interpone en el camino", afirma el profesor Tim Jacobs, de la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido.
"¿Existen realmente señales químicas que pueden influenciar el comportamiento? La respuesta es seguramente que sí", asegura Jacobs.
En cualquier caso, el doctor advierte que "debemos recordar que no se trata tan sólo de sexo".
El caso más claro de la posible existencia de las feromonas humanas es el de las mujeres que viven cerca durante un tiempo y acaban sincronizando su ciclo menstrual.
Ello fue sugerido por primera vez a principios de los años 70' por Martha McClintock, de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
A finales de los 90' McClintock encontró evidencias que apoyaban su hipótesis, aunque fue incapaz de determinar la sustancia química que tenía ese efecto.
"Creo que es posible que eso suceda y podría tener una aplicación práctica", afirma el doctor Tristram Wyatt, un zoólogo de la Universidad de Oxford que escribió un artículo en la revista Nature en ocasión del 50º aniversario de la feromona.
"Si fuera posible interferir de verdad en las hormonas femeninas de esta manera y afectar el ciclo menstrual de las mujeres, se podría crear un anticonceptivo para inhalar".
También hay evidencias de que el olor del miedo, que se sabe produce una respuesta en los animales, tiene un equivalente humano.
martes, 3 de marzo de 2009
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1 comentario:
Pues aguas... ya ves lo que pasó en "El perfume".
Creo que sí sería un arma algo peligrosa.
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