BBC Ciencia
Una "nanotoalla" capaz de absorber hasta 20 veces su propio peso en petróleo desarrollada por investigadores estadounidenses surge como una nueva arma en la lucha con la contaminación.
Se trata de una red de nanoalambres, que parece y se siente como papel, que podría convertirse en una importante herramienta en la limpieza de petróleo y otros contaminantes orgánicos derramados en el mar.
Según la investigación del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), publicada en Nature Nanotechnology, la membrana además puede ser reciclada y utilizada varias veces.
Y quizás, agregan, hasta se podría recuperar el petróleo derramado.
A pesar de que cada vez hay leyes más estrictas para prevenir los derrames de petróleo, estos desastres continúan ocurriendo.
Desde que comenzó esta década, se han derramado en los mares unas 200.000 toneladas de crudo.
Hasta ahora, las estrategias de limpieza de estos accidentes son extremadamente costosas y lentas.
Y aunque casi siempre se logra retirar la mayoría del petróleo de las tierras costeras, una gran cantidad del combustible se hunde en el fondo marino.
Es por eso, afirman los expertos, que las concentraciones de compuestos tóxicos del petróleo tienen un enorme efecto en la vida marina, incluso meses y años después de ocurrido el desastre.
Como papel
"Descubrimos que podemos crear 'papel' a partir de una red de nanoalambres que son capaces de absorber selectivamente los líquidos hidrofóbicos (basados en aceites) del agua", afirma el profesor Francesco Stellacci, quien dirigió el estudio.
Según los autores el nuevo material es estable a altas temperaturas y, como resultado, el petróleo recuperado en la membrana puede ser retirado calentándolo.
Cuando el crudo se evapora -agrega- puede condensarse y volver a su estado natural.
De esta forma, tanto la membrana como el petróleo pueden ser utilizados otra vez.
El sistema tiene dos propiedades clave que lo hacen funcionar.
Los nanoalambres forman una estructura -como un espagueti- con poros pequeñísimos encargados de absorber los líquidos.
Y la segunda es una capa repelente al agua que impide que ésta penetre en la membrana pero permite que el petróleo se filtre.
La nanotoalla, afirman los investigadores, no sería costosa ya que los nanoalambres pueden ser fabricados en cantidades mucho más grandes que otros nanomateriales.
Ya se han desarrollado otros materiales que pueden absorber petróleo del agua.
Pero éstos no han logrado ser suficientemente selectivos y absorben agua, lo cual los hace menos eficientes al atrapar los contaminantes.
La nueva membrana, afirman los expertos, podría ser una herramienta muy importante contra el enorme desafío medioambiental que representan los derrame de petróleo y contaminantes.
Uno de los mayores ocurridos en Europa, el del Prestige en el norte de España en noviembre de 2002, contaminó unos 3.000 kilómetros de costa.
Se calcula que el accidente ecológico mató a unas 300.000 aves y las pérdidas causadas en las industrias de pesca y turismo fueron de unos US7.000 millones de dólares.
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